miércoles, 20 de octubre de 2010

En tierras bajas de Herta Müller


La violencia de las relaciones familiares se mete en la historia, en cualquier momento, mientras la niña que la cuenta trenza los cabellos de su padre, mientras la mamá cena en el restaurante del balneario con el pequeño y el papá, mientras la abuela recuerda las amapolas de su infancia.Y de pronto ya estamos, después de un tango opresivo, en el pueblo, en el que parece que no pasa nada, como no pasa nada en los pueblos vecinos, pero lo que sigue pasando es ese dolor que sale de las casas. Y a mi lo que me pasó fue la poesía de Herta Müller:
"...El verano me apabullaba con su opresivo aroma a flores proveniente de la hierba alta. Las flores silvestres se me metían bajo la piel. Bajé al río y me eché agua en los brazos. De mi piel crecieron arbustos muy altos y me convertí en un hermoso paisaje palustre.
Me tumbé sobre la hierba alta y me dejé resbalar hacia la tierra. Esperaba que los grandes sauces vinieran hasta mi atravesando el río, que hundiesen en mi sus ramas y esparcieran sus hojas sobre mi cuerpo. Esperaba que dijeran: eres el pantano más bello del mundo, todos venimos a verte.
También traemos a nuestras grandes y esbeltas aves acuáticas, que volarán y gritarán dentro de ti. Y tú no podrás llorar, pues los pantanos deben ser valientes y si te metes con nosotros, tendrás que aguantarlo todo.
Quería ensancharme, para que las aves acuáticas cupieran dentro de mi con sus grandes alas y pudieran volar..."