sábado, 18 de diciembre de 2010

Arrebato en Barranquilla


Fotos de Danza Común

Arrebato, impulso, pasión… ¿qué determina el rumbo que le damos a nuestra vida?
“Arrebato, historias comunes, historias bailadas” de la compañía de danza contemporánea Danza Común habla de aquellos que se han dejado guiar por su pasión, nos permite entrar en la intimidad de cada uno de ellos y, en la diversidad de cada historia, entender por qué no había otra salida que la música o la danza. Y entonces el espectador lentamente comienza a arrebatarse; la quietud de la escena inicial se rompe con el dilema que nos plantea la bailarina sobre el estereotipo de lo femenino en el ballet y su deseo de jugar como los niños, de ser brusca, sin renunciar al entrechat, hoy está allí, encontró la salida para conciliar esos mundos, pero no hay tiempo para análisis, enseguida Danza Común nos provoca con otra historia y renunciamos a la quietud, y los tenemos que seguir por el escenario y, como en la vida, a veces la experiencia nos deja ligeros, nos hace sonreír, o nos llena de angustia, como me pasó con la imagen de uno de los actores hablándonos de la violencia de nuestros pueblos, que comienza en cada casa, pero hablándonos también de la esperanza con su voz potente de cantaor.
Arrebato es visual, pero también táctil, y sonora, y de los tambores a Vivaldi te puedes encontrar con tu propia historia, y en los saltos de emoción y de angustia de la escena final, comprender que la única forma de vivir esta vida es arrebatándose.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Fallas en el guión


Caminaba hacia el altar con una gran sonrisa, Rosie le dijo después que nunca había visto a una novia más feliz. Le gustaban sus cejas y su nariz, y ahora estaba allí, con su frac y en el ojal una flor de novio, toda la iglesia olía a flores, no miró a los lados, eso estaba reservado para la salida. Cuando el sacerdote los declaró marido y mujer ella fue quien lo acercó y le dio un beso en la boca.
Valentina tenia una increíble capacidad de novelar su vida, su intención no era mentir, ni siquiera a ella misma, era sólo que le gustaba que todo tuviera un tinte especial, el tinte que trae la vida cuando eres feliz. Aunque no siempre fue feliz, después de los años prefería no hacer las sumas y restas: suma la luna de miel en las bahamas, resta meses enteros de soledad por un entrenamiento que él se inventó y que a ella le sonaba a escapada, suma el nacimiento de los mellos, resta el llanto porque él no entendía que necesitaba más que la compañía de los bebes, que sus idas a jugar con los amigos la deprimían, suma el terminar la carrera universitaria, resta la infidelidad descubierta, suma la reconciliación en las Islas, resta su mirada de odio, resta los silencios, resta su espalda, resta el dolor en el pecho, el nudo en la garganta, suma la sonrisa de los mellos, resta las noches esperándolo....
Las instrucciones que recibió de su mamá fueron llegar al club cuando todos los invitados ya estuvieran allí, los novios entran los últimos, ese era el protocolo, entonces se bajaron a tomar una soda, y voltearon un poco en el carro, y comenzaron a tomar champaña, el mundo era perfecto, la vida era tan fácil. Al terminar la fiesta y cuando se dirigían al hotel se rieron por el gato negro que se cruzó en el camino, lo único que había que hacer era retroceder, cuantos pasos? Como si fuera tan fácil, como si los griegos no le hubieran advertido que el destino no se deja engañar, pero ella había empacado a los griegos, no quería leer más nada, sólo vivir, sin tragedias.
El dolor en el pecho, la sensación de que la garganta se le cerraba, mirarlo como si fuera otro, no el que ella conoció, no el que la pintaba con los ojos, el que bajaba la voz para hablarle sólo a ella. Y a pesar de presentir que ya no era sólo a ella, seguía ahí, vagando en ese lugar que construyeron juntos, perdiéndose horas enteras en el detalle de un mueble hace poco instalado. Esa incapacidad de moverse la asustaba. Tal vez hoy sea capaz de pensar en una vida distinta, de recuperar la cordura, de volver a los abandonados libros, a los huidizos amigos. A veces quisiera leer a través de los ojos de los demás, saber si también se sienten tan vacíos, tan decepcionados, tan tristes, o sólo te pasa a ti Valentina?
Esa noche quiso saber, llegaron de la fiesta y Gerardo le dijo que iba al baño mientras ella se desvestía, pero esta vez no siguió su juego, esperó vestida a que él saliera y cuando lo oyó en la puerta diciendo (como la última vez, que poco creativo) que iba a comprar cigarrillos, le dijo que lo acompañaba; su cuerpo se dividía, el corazón se podía oír en todo el edificio pero también tenía unas ganas de reírse viendo su cara de sorpresa. Y comenzó la seducción, y lo llevó al cuarto, y le quitó la ropa, y se quitó la de ella, y se aprovechó de su mente confusa después de tanto whiskie y le pidió que le contara qué hacía cuando se iba tan tarde en la noche, se veía con otra? Le dijo que eso la excitaba, que quería detalles...y Gerardo le contó, le habló de Esther, lo volvía loco, pero ya no quería verlo, y él no aceptaba no verla más, aunque por supuesto tú Valentina eres lo más importante, y se quedó dormido hablando, y ella se vistió, y empacó, y supo que iba a llorar, que después de la rabia extrañaría pasar su mano por la espalda de él, abrazarlo sin palabras al despertarse, desayunar juntos sin abrir los ojos.

miércoles, 20 de octubre de 2010

En tierras bajas de Herta Müller


La violencia de las relaciones familiares se mete en la historia, en cualquier momento, mientras la niña que la cuenta trenza los cabellos de su padre, mientras la mamá cena en el restaurante del balneario con el pequeño y el papá, mientras la abuela recuerda las amapolas de su infancia.Y de pronto ya estamos, después de un tango opresivo, en el pueblo, en el que parece que no pasa nada, como no pasa nada en los pueblos vecinos, pero lo que sigue pasando es ese dolor que sale de las casas. Y a mi lo que me pasó fue la poesía de Herta Müller:
"...El verano me apabullaba con su opresivo aroma a flores proveniente de la hierba alta. Las flores silvestres se me metían bajo la piel. Bajé al río y me eché agua en los brazos. De mi piel crecieron arbustos muy altos y me convertí en un hermoso paisaje palustre.
Me tumbé sobre la hierba alta y me dejé resbalar hacia la tierra. Esperaba que los grandes sauces vinieran hasta mi atravesando el río, que hundiesen en mi sus ramas y esparcieran sus hojas sobre mi cuerpo. Esperaba que dijeran: eres el pantano más bello del mundo, todos venimos a verte.
También traemos a nuestras grandes y esbeltas aves acuáticas, que volarán y gritarán dentro de ti. Y tú no podrás llorar, pues los pantanos deben ser valientes y si te metes con nosotros, tendrás que aguantarlo todo.
Quería ensancharme, para que las aves acuáticas cupieran dentro de mi con sus grandes alas y pudieran volar..."

sábado, 18 de septiembre de 2010

Una vez al mes


"No le des mucha información. Habla lo menos posible. No podemos evitar estas citas, es el acuerdo, pero él es el enemigo, que sea el que hable, memoriza lo que diga y aquí desciframos sus intenciones. Qué más daño quiere hacer?"

Siempre este lugar con tanta gente, tal vez alguien me conozca, a él sí, lo saludan todo el tiempo y me miran, pero no preguntan, yo entonces bajo la cabeza.
Pasamos entre los estantes llenos de libros y nos sentamos en una de las mesas del centro, "Te gusta aquí?", intenta ayudarme a sentar, yo no dejo.
Habla y habla, pregunta, sigue hablando, hago como que no escucho. Por la noche me acuerdo de todas las historias, me gusta esa de cuando se fue a conocer todos los pueblos que quedan a la orilla del Río Magdalena, una noche durmió en una habitación con muchas camas, estaba él solo, todo el cuarto vacío, el armario sin puertas lleno de luciérnagas. Las luciérnagas brillan como las luces del árbol de navidad. Nunca he visto luciérnagas.
Dice cosas que dan risa, yo me río en la noche cuando me acuerdo, no delante de él, uno no se ríe con los enemigos.
El mesero tarda en llegar. Algunos leen, la mayoría habla, me gusta mirarlos e imaginarme qué se cuentan. "Para mi un café doble sin azúcar y para el niño un frozo malt. Deja los pies quietos Julian."
Lo más difícil siempre es el regreso. Dejo que me lleve de la mano hasta que estamos muy cerca de llegar, se que mi mamá no va a preguntarme nada, las tías sí, querrán saber detalles, pero nunca puedo hablar. Tal vez esta sea la última vez que lo vea, se que un día no va a volver.

jueves, 26 de agosto de 2010

Toña


Te recuerdo sentada en la terraza hablando del esplendor de tu hacienda, de lo linda que era tu madre, de tu hermano asesinado, nunca de mi abuelo, siempre de Deyanira.
Con tu muerte los pozos dejaron de ser nombrados, pero no han desaparecido.

martes, 10 de agosto de 2010

Los excluidos-Elfriede Jelinek


Cuando Elfried Jelinek ganó el nobel de literatura comencé a indagar sobre su obra, había visto "La pianista", película tremenda, perturbadora, y quería conocer algo del teatro escrito por ella, pero no fue fácil encontrarla en las librerías; finalmente me topé con "Los excluidos".
Fui construyendo la historia a partir de los diálogos internos de cada uno de los personajes. Elfriede Jelinek relata, casi locutando, entre uno y otro, y nos encontramos en la Viena de la posguerra, 1950, con un grupo de jóvenes, ninguno mayor de 18 años.
Rainer Maria Witkowski, el cerebro del grupo,escribe poesía, en él se esconde la fealdad, piensa que sentir algo corporal degrada a la mujer, reprime, ama a Sophie.
Su gemela Anna, odia a todos, estudia piano, no come por días, siente que por fuera es una estudiante pero que por dentro está carcomida por malas acciones. Ama a Hans.
Sus padres, el señor y la señora Witkowski, viven una relación marcada por los abusos de él, que le pega a su mujer desde que acabó la guerra, perteneció a la SS."A quien como él ha visto montañas de cadáveres desnudos, también de mujeres, le excita muy poco su propia mujer".
Sophie Pachhofen, el dinero no significa nada para ella porque siempre está a su alcance, no se esfuerza mucho, piensa poco en el amor, es deportista y aunque pertenece al grupo y participa en los ritos necesarios para no ser excluida, es la mirada desde afuera.
Hans Sepp, un individuo del presente, su padre pertenecía al movimiento obrero antes de ser asesinado, Hans tiene un ideal, ser profesor de gimnasia; representa en el grupo "la mano de obra", quiere a Sophie.
Son personajes intentando escapar de la mediocridad de la vida cotidiana a través del ideal narcisista de hacer algo extraordinario, y algo extraordinario cierra la historia, y me pregunto cómo teniendo todas las pistas no presentí ese final.
Fue una lectura intensa, un viaje a la psiquis de una Austria que participó en el horror nazi y quiere olvidar.

martes, 20 de julio de 2010

CENTROS DE VIDA

CENTROS DE VIDA

Entre Bartleby y el Sha de Bla


En su libro "Bartleby y compañía" el escritor catalán Enrique Vila-Matas se propone rastrear a los artistas del NO, aquellos que se enfrentaron a la imposibilidad de escribir y la posibilidad de hacerlo, inspirado en el relato de Herman Melville, "Bartleby".
Qué es la escritura? Dónde está? nos pregunta. A mi me gustaría responderle como "el Sha de Bla", personaje de Salman Rushdie en su novela "Haroun y el Mar de las Historias" cuando su hijo quiere saber de dónde saca sus cuentos: por supuesto "Del gran Mar de las Historias", responde el Sha de Bla. Pero hasta al Sha de Bla le atacó el síndrome de Bartleby cuando ante un enorme auditorio abrió la boca y descubrió que no tenía más cuentos que contar.
Y Vila-Matas al igual que Rushdie nos lleva en un singular viaje contra el silencio, buscando el grifo invisible del que salen las cálidas aguas de las historias, y yo me pregunto qué historias contar, y mientras, me sigo escondiendo en las historias de los otros como la vicaria que dice mi amiga Monica que soy.

jueves, 8 de julio de 2010

Kafka en la orilla - Haruki Murakami



"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar."
Al inicio de "Kafka en la orilla", cuando Kafka Tamura, el joven llamado Cuervo, de tan sólo 15 años decide marcharse de su casa, Haruki Murakami nos regala esta bella figura de la tempestad de arena, tempestad que nos persigue a donde quiera que nos movamos, porque no viene de afuera, porque tu eres la tormenta.
Al leer este libro te encuentras con 3 relatos aparentemente inconexos: el de las aventuras de Kafka Tamura que escapa de su casa y termina viviendo en el rincón de una biblioteca, el relato de un incidente ocurrido alrededor de 1944 en el que 16 niños que van de excursión con su maestra a la montaña pierden el sentido por más de 2 horas, inexplicablemente, y el relato de lo que le sucede a Nakata, que conoce el lenguaje de los gatos, que habla con ellos, que anda rescatando gatos extraviados y que ha perdido la mitad de su sombra.
La historia te atrapa, entras a la fantasía de Murakami con total comodidad, hasta intenté, en algún descanso de la lectura, hablar con Lucero, la gata de mi vecina, desafortunadamente hay pocos como Nakata.
Y vas leyendo acerca de tus propias búsquedas, de la terrible confusión que es a veces vivir, de la soledad que es siempre vivir.
"Pero dentro de nuestra cabeza, porque creo que es ahí donde debe de estar, hay un pequeño cuarto donde vamos dejando todo esto en forma de recuerdos. Seguro que es algo parecido a las estanterías de esta biblioteca. Y nosotros, para localizar dónde se esconde algo de nuestro corazón, tenemos que ir haciendo siempre fichas catalográficas. Hay que limpiar, ventilar la habitación, cambiar el agua de los jarrones de flores. Dicho de otro modo, tú deberás vivir hasta el fin de tus días en tu propia biblioteca."

viernes, 25 de junio de 2010

Oriane, tía Oriane




A partir de la invitación de una amiga decidí volver a leer a Marvel Moreno. Leí su novela, "En diciembre llegaban las brisas", pero nunca había leído sus cuentos.
Encuentro en ellos referencias muy cercanas: mi ciudad, el colegio "La enseñanza", la playa, el recuerdo del ferry para ir a Santa Marta; mis hijos no entenderían eso, por ejemplo, nunca hicieron una larga fila, dentro del carro, esperando abordar mientras los vendedores nos ofrecían huevo de iguana, rosquitas, agua helada...y después subirse al ferry y sentir la brisa y el olor del rio, hasta la otra orilla.
De los cuentos que reúne "Oriane, tía Oriane" mis preferidos son 'Ciruelas para Tomasa", y "La noche feliz de Madame Yvonne".
"Ciruelas para Tomasa" está contado a tres voces, que nos van revelando la historia de amor frustrado entre Tomasa y Eduardo:
La voz de la nieta que recibe a Tomasa, la ve como una zombi pero sabe que la tiene que defender de la burla de los demás porque su abuela la quiere.
La figura de la abuela está siempre en el universo femenino de Marvel, fue parte importante de mi universo también; una abuela fuerte, llena de historias que nunca supe que tan reales eran, transgresora de mil maneras.
La voz de la abuela. Buscó a Tomasa, supo que un día regresaría, y la espero, como una forma de rebelarse contra el poder de su padre?, para mi más bien como una manera de querer profundamente y reparar una injusticia.
Y por último la voz poética, Tomasa: "...y entonces ellas me indicaron que viniera aquí, las siete, una detrás de otra saliendo de los árboles, corriendo con la brisa gritaban que volviera, que en este patio Eduardo me aguardaba."
Ese Eduardo que fue medido con el mismo criterio con que medía a los demás hombres, en el que dejó de creer en el instante en que se fue prometiendo volver.
No sólo me gusta este cuento por su coralidad, tan cercana al teatro, es también la manera como los personajes femeninos van reconstruyendo su red, es también que la desesperanza de Tomasa se resuelve en la nieta, en ese gesto final ofreciéndole ciruelas.
"La noche feliz de Madame Yvonne" es más que un cuento una novela corta, mientras la leía pensé en "La colmena" de Camilo José Cela; la manera de pasar de un rostro al otro, de una historia a la otra, Marvel en Lina, y en la Madame? las debilidades acechándonos, los miedos alcanzándonos, las renuncias reclamándonos, y el carnaval descubriendolo todo.

viernes, 18 de junio de 2010

El olvido


El 6 de agosto de 2007 comencé a leer, sin mucha conciencia de la fecha y sin ninguna premeditación, Hiroshima mon amour.
Marguerite Duras lo escribió como un guión para A.Resnais, y nos dejó esta maravillosa pieza que desde la primera frase de El (japonés), "Tú no has visto nada de Hiroshima. Nada.", y la respuesta de Ella (francesa), "Lo he visto todo. Todo.", nos sitúa en el horror de la guerra, en la imposibilidad de comprenderla, cómo hablar del dolor que conocemos por una foto, por el recorrido en un museo? por una ilusión tan lejana a la verdad de lo que vivió cada una de las víctimas?. Y al lado de la ilusión de no olvidar el dolor de Hiroshima, otra ilusión: el amor.

"Ella: ...Y te encuentro a ti.
Te recuerdo.
Quién eres?
Me estas matando.
Eres mi vida.
Cómo iba yo a imaginarme que esta ciudad estuviera hecha a la medida del amor?
Cómo iba a imaginarme que estuvieras hecho a la medida de mi cuerpo mismo?
Me gustas. Que acontecimiento. Me gustas.
Que lentitud, de pronto.
Que dulzura.
Tú no puedes saber.
Me estas matando.
Eres mi vida.
Me estas matando.
Eres mi vida.
Tengo tiempo de sobra.
Te lo ruego.
Devórame.
Defórmame hasta la fealdad.
Por qué no tú?
Por qué no tú, en esta ciudad y en esta noche
tan semejante a las demás que se confunde con ellas?
Te lo ruego..."

Pasará el tiempo y es posible que olvide, como olvidamos lo trivial y lo trascendental, mucho de lo leído en este libro, pero sabré que en él está este poema que me eriza la piel, y la conciencia de las cosas que van desapareciendo de nuestra vida, como el dolor por los que han muerto, como el recuerdo de un beso que juramos nunca olvidar.

"EL.- Dentro de unos cuantos años, cuando te haya olvidado, y cuando otras historias como ésta, por la fuerza de la costumbre otra vez, vuelvan a suceder, me acordaré de ti como del olvido del amor mismo. Pensaré en todo esto como en el horror del olvido. Lo sé ya desde ahora."

domingo, 13 de junio de 2010

Poema de Raul Gomez Jattin


"Hay una tarde varada frente a un rio
y entre los dos un niño canta
vaiviniendose en su mecedora de bejuco.
En esa tarde
el huevo dorado del sol anida entre los mangos de la rivera.
El rio es un gusano de cristal irisado.
El viento despliega unas olas de nubes malvas.
Es una tarde enclavada en el recodo
de un tiempo
que va y viene en la mecedora.
Esta hecha de recuerdos y deseos
pues conozco el nombre de ese rio
y al niño lo he visto casi un hombre
en la penumbra de un cinematógrafo.
El cuerpo de esa tarde
es un fluido tenso entre el pasado y el
futuro
que en ciertos lugares de mi angustia
se coagula como una caracola instantánea."

martes, 8 de junio de 2010

Tomas Eloy y las obsesiones


Creo que Tomas Eloy Martinez logró como ninguno relatos de seres obsesionados... y mientras la historia avanza el lector siente la angustia de tener que parar, es demasiado leer seis horas! voy a dejar el final para mañana.
Comencé a leer "Santa Evita" rumbo a una convención del banco en el que trabajaba en esa época (1989), lectura de avión que usualmente puedes dejar con tranquilidad y retomar unos días después, en el viaje de regreso. Mentira! caí en la trampa de Tomas Eloy, me obsesioné, no pude soltarlo, llegué al hotel prometiéndome ir a la fiesta de bienvenida tan pronto terminara, pero no pude dejar al Coronel con el ataúd de Evita, seguí hasta el final el viaje de ese cuerpo, construí con el relato de Tomas Eloy la imagen de esa mujer amada por tantos y odiada por otros tantos.
Visité su tumba en el cementerio de la Recoleta, largo viaje el de Evita para llegar a ese lugar.

Después fue "El vuelo de la reina" y Camargo mirando a través de la ventana la vida de Reina, volando hacia el vacío.

Espero leer otros de sus libros, tengo pendiente "El cantor de tangos", es sólo que estos días no soportaría la esclavitud de no poder desprenderme de un texto, necesito un poco de libertad, poder asomarme a la ventana y saludar al sol.

miércoles, 2 de junio de 2010

Fervor de Buenos Aires


Vivir a través de los libros...a veces vivo un poco así.
Viajo desde siempre, desde que empecé a leer.
Me encontré con Borges, después con Cortazar, y de último con Buenos Aires.
Aun me cito con Julio, se lo disputo a mi amiga Graciela, juego a encontrármelo por casualidad, como "la maga" y terminamos en largas charlas, le hablo de mi dificultad para vomitar los conejos, de que nunca leo en un sofá de espaldas a una puerta por miedo a que me visite uno de los personajes del libro que estoy leyendo, le hablo de Barranquilla en septiembre llena de jazz y de que en esa época siempre busco "El perseguidor", en youtube, leído por él.

viernes, 28 de mayo de 2010

Madame Chauchat

Me encantan las historias de amor de mis autores preferidos con sus libros, con sus autores preferidos... y me siento a escribir y no me escapo de la puerilidad. Pero saber que tengo este secreto en el ciberespacio, que escribo para tod@s y para nadie, me da valor.
Cuando de pequeña veía una película, me quedaba en el personaje un largo tiempo, caminaba, hablaba, comía como el personaje. Me pasa igual con los libros: fui madame Chauchat mirando a Hans Castorp en silencio, experimenté toda la tensión erótica entre ellos; por supuesto he podido ser Settembrini y su culto a la palabra, pero no! siempre me gana el romanticismo.
Cuando recuerdo La montaña mágica, pienso en el tiempo detenido, en largos paseos, largas discusiones, estar tendidos en la asoleadora de la terraza recuperando los pulmones enfermos mientras abajo la vida sigue... y en Hans Castorp y su madame, intercambiando una mirada... alimentándose semanas enteras con el recuerdo de un saludo.

miércoles, 12 de mayo de 2010


Me enfrenté a mi primera crisis de fe con "Memorias de una joven formal" de Simone de Beauvoir. Crecí en un colegio religioso, antes de cada jornada las monjas nos reunían en el auditorio a entonar el himno de la "Compañía de María", lo cantábamos con total compromiso, la vida era ese instante y los principios del colegio eran los nuestros:"..y si un día el sacrificio, de la vida te exigiera, préstale el pecho propicio que del cielo es beneficio morir por esa bandera." Morir por la bandera del colegio? En ese mismo auditorio jugábamos a ser artistas, allí montamos "La fierecilla domada" de Shakespeare y "Bodas de sangre" de García Lorca.
Estoy de acuerdo en que leer es un acto intimo, pero con la literatura teatral eso se rompe para mi. Disfruto la lectura en voz alta y a varias voces de los textos de teatro, y de ese disfrute nació "Mujeres al borde del drama". Este año, después de 7 de estarnos reuniendo a leer teatro, estamos dispersas, muchas por fuera del país; extraño ese espacio porque es también el del desenfado, la complicidad, la risa.
Lecturas memorables con mis amigas al borde del drama: "Maquina Hamlet" de Heiner Müller y "Las troyanas" de Eurípides en adaptación de Jean Paul Sartre.

martes, 11 de mayo de 2010

Primeras lecturas


Mi niñez,o tal vez mi temprana adolescencia: estoy acostada en el sofá de la biblioteca, bajo la ventana, con una novela de Corín Tellado. Largas horas soñando despierta. En otro momento estoy en la terraza, cerca del almendro, con el tomo de La Ilíada, tapa de cuero roja, y las historias de los dioses conquistando a las mortales.
Me gustaban por igual Homero y Corin Tellado!
Luego fueron los cuentos de Poe, soy miope y me prohibían leer de noche, pero qué mejor que la noche para leer un cuento de miedo? leer cuando toda la casa dormía, mi gran acto de rebeldía.
"La tercera palabra" de Casona, tenía 10 años y una marcada inclinación al romanticismo, puedo ser muy cursi. Me encontré con el Teatro a través del texto de Casona.

domingo, 9 de mayo de 2010


Como lectora nunca me he planteado nada diferente al disfrute de un texto bien escrito. Todavía recuerdo mi asombro ante el análisis que un amigo hacía de su lectura de "Los hermanos Karamasov" me tranquilicé pensando que tal vez para algunas personas la experiencia de la lectura es más intelectual, para mi es más física, aun no puedo olvidar cómo me perturbó el capítulo "El gran inquisidor" de este libro.