viernes, 25 de junio de 2010

Oriane, tía Oriane




A partir de la invitación de una amiga decidí volver a leer a Marvel Moreno. Leí su novela, "En diciembre llegaban las brisas", pero nunca había leído sus cuentos.
Encuentro en ellos referencias muy cercanas: mi ciudad, el colegio "La enseñanza", la playa, el recuerdo del ferry para ir a Santa Marta; mis hijos no entenderían eso, por ejemplo, nunca hicieron una larga fila, dentro del carro, esperando abordar mientras los vendedores nos ofrecían huevo de iguana, rosquitas, agua helada...y después subirse al ferry y sentir la brisa y el olor del rio, hasta la otra orilla.
De los cuentos que reúne "Oriane, tía Oriane" mis preferidos son 'Ciruelas para Tomasa", y "La noche feliz de Madame Yvonne".
"Ciruelas para Tomasa" está contado a tres voces, que nos van revelando la historia de amor frustrado entre Tomasa y Eduardo:
La voz de la nieta que recibe a Tomasa, la ve como una zombi pero sabe que la tiene que defender de la burla de los demás porque su abuela la quiere.
La figura de la abuela está siempre en el universo femenino de Marvel, fue parte importante de mi universo también; una abuela fuerte, llena de historias que nunca supe que tan reales eran, transgresora de mil maneras.
La voz de la abuela. Buscó a Tomasa, supo que un día regresaría, y la espero, como una forma de rebelarse contra el poder de su padre?, para mi más bien como una manera de querer profundamente y reparar una injusticia.
Y por último la voz poética, Tomasa: "...y entonces ellas me indicaron que viniera aquí, las siete, una detrás de otra saliendo de los árboles, corriendo con la brisa gritaban que volviera, que en este patio Eduardo me aguardaba."
Ese Eduardo que fue medido con el mismo criterio con que medía a los demás hombres, en el que dejó de creer en el instante en que se fue prometiendo volver.
No sólo me gusta este cuento por su coralidad, tan cercana al teatro, es también la manera como los personajes femeninos van reconstruyendo su red, es también que la desesperanza de Tomasa se resuelve en la nieta, en ese gesto final ofreciéndole ciruelas.
"La noche feliz de Madame Yvonne" es más que un cuento una novela corta, mientras la leía pensé en "La colmena" de Camilo José Cela; la manera de pasar de un rostro al otro, de una historia a la otra, Marvel en Lina, y en la Madame? las debilidades acechándonos, los miedos alcanzándonos, las renuncias reclamándonos, y el carnaval descubriendolo todo.

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